Con alegría y fe, despedimos el mes de San Francisco de Asís e iniciamos el mes de María, un tiempo especial de gracia donde María, modelo de fe incondicional, humildad, sencillez, fortaleza y amor nos invita a renovar el compromiso de nuestra fe. Como comunidad católica franciscana, es fundamental que cultivemos la fe en el seno de nuestros hogares, creando un ambiente de paz y amor que nos acerque más a Dios y entre nosotros.
Que este mes de María sea un tiempo de abundante gracia y renovación espiritual para todos.