Su labor no solo se refleja en el aula, sino también en el corazón de cada niño y niña que ha sido acompañado con cariño, paciencia y respeto. Son el sostén silencioso de cada jornada escolar, el abrazo oportuno, la palabra justa y el ejemplo constante.
Gracias a su trabajo comprometido, nuestras aulas se convierten en espacios seguros, inclusivos y estimulantes. Son agentes clave en la construcción de una educación más humana, más cercana y más significativa.
Desde el Colegio San Francisco de Asís de Nueva Imperial, extendemos nuestro más sincero agradecimiento a cada una de nuestras asistentes de aula del primer ciclo. Hoy celebramos su entrega, pero todos los días valoramos su presencia.
A ustedes, que con vocación y amor transforman cada día en una oportunidad de aprendizaje: ¡gracias por ser parte esencial de nuestra comunidad educativa y por dejar una huella que trasciende generaciones!